La felicidad es relativa eso me comento una amiga mía una vez. Sin embargo yo puedo decir que soy feliz.
La felicidad para mi es el amor. Pero no solo ese amor carnal entre el hombre y una mujer.
Me refiero a ese amor por todo lo que nos rodea. Al aire que respiramos. A ese día que llega dándonos un motivo más para vivir.
A ese amor a nuestras familias, al amigo, al conocido, al ser humano. Ese amor a la sonrisa. A una lagrima.
Soy feliz cada vez que me equivoco y soy capaz de aceptar mi error.
Soy feliz cada vez que conozco una persona. Cada vez que discuto con mi esposo y lo puedo abrasar y decirle con el corazón el la mano te quiero. Cada vez que mi hija me enfada soy feliz. Que seria de mi sin esos regaños intercalados. Que un futuro serán recuerdos.
Soy feliz cada vez que me puedo reír de la vida al mismo tiempo que ella se ríe de mi. Cuando hago de mis problemas un chiste sin remedio.
La felicidad es la dicha de poder llorar, esa es la señal que nuestro corazón no es duro. Si no que esta lleno de amor.
La felicidad es estar orgullosos de quien eres y luchar por ser mucho mejor. La felicidad es poder decir te amo, te quiero, no estoy de acuerdo. La felicidad es poder votar el rencor de tu alma aunque no sea fácil.
La felicidad es estar saludables. Y si no lo estamos la felicidad es el poder dar gracias por vivir.
La felicidad esta en ti. No la busques en los contornos, ni en las tiendas, ni en el parque. Esta en tu mente.
Por eso demos nos un toque de felicidad cada día. Recuerda que los buenos pensamientos generan buenas energías. Por eso se feliz. Así veo yo la felicidad.
Melba Mercedes Almeida.
Azucala
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