Aprendiendo a vivir al final de la vida.
El estaba solo, mirando a través de aquellos grandes ventanales que adornaban su sala. Va observando cómo las gotas de lluvia se amontonaban en el marco de aquella ventana, para después deslizarse nuevamente todas juntas entre sí.
"Se dio cuenta por primera vez de que bella era la natura." - Allí estaba aquel hombre, frente aquellos ventanales, descubriéndose así mismo.
De repente se decide a caminar hacia la puerta de la terraza. Como por inercia va y al abrirla va sintiendo aquel aroma que penetra cada poro de su piel. Aquel olor que dan los días de lluvias, cuando el arcoíris se teje en las nubes que adornan la mañana.
Allí estaba él, en medio de tanto y de nada. Aguzando los sentidos, sintiendo en su piel la frialdad de la soledad. Observando los arboles desde la lejanía. Ellos en su ir y venir con la brisa mañanera, dándole ha aquel hombre desconocido los buenos días tejidos en góticas de amor.
Se dio cuenta también que había muchas cosas en este mundo por ver. Tantos olores por descubrir, muchas tonalidades por sentir y se preguntó muy dentro de sí.
- Donde había estado todos estos años.
Esta solo frente al mundo, en compañía de aquella taza de café que aguanta en su mano. Aquella taza que le regalaron en su trabajo una vez. Y ya no recuerda la ocasión, ni el porqué.
Regresa al interior de aquella sala tan perfecta, sin polvos, ni regueros y deja descansar su cuerpo en aquella butaca que heredo de su abuela entre tantas cosas una vez. Va dejando su mente volar al pasado y recuerda su niñez.
Allí estaba el, corriendo en unos campos verdes cada verano ó a la orilla del río con su amigo imaginario tomado de la mano.
Era feliz en aquel entonces piensa. Que alegría solía sentir cuando sus padres le dejaban allá donde la abuela. Ellos tenían que trabajar día a día.
Recuerda en estos momentos aquellas manos de anciana tierna preparando la cena cada tarde de verano, para después leerle un cuento antes de ir a dormir.
Recuerda cada noche cuando la luna llegaba a su ventana y mil besos de la abuela en su mejilla. Y aquella frase de ella cuando marchaba de su cuarto en punta de pie.
"Que dios te bendiga siempre mi ángel querido"
Y lamenta no haber tenido tiempo para visitarla cuando llego la hora que ella iría a partir lejos de allí.
- Como pudo ser tan torpe..? - se pregunta.
Se levanta de aquella butaca, va en busca de un cofre pequeño que se encuentra en aquel librero de la sala. Rebuscando en él encuentra aquel retrato de la abuela y le mira tal vez como nunca la había mirado.
- Aquí está la abuela...! - exclama.
La besa y la aprieta a su pecho como si quisiera volver a sentir aquel olor, como si de esa manera pudiera escuchar por unos segundos su voz. Y se da cuenta que no tuvo tiempo de decirle cuanto la quería porque vivía solo pensando en el.
- Sus padres siempre le dieron todo lo que necesitaba para ser feliz - pensó por un momento.
No recuerda haber compartido mucho tiempo con ellos tampoco. Solían dejarle en la guardería a las 5:30 de la mañana y allí pasaba el día con los otros niños hasta las 5:00 de la tarde. Después a la cama que ya son las 7:00 de la noche.
- Buenas noches ya es hora de dormir. - Le decía su madre cada noche desde la puerta de su habitación.
Recuerda a sus padres cansados por el largo día. No había cuentos, ni tiempo para caricias. Un beso en la frente y una sonrisa que apagaba la luz. Un montón de trofeos si el les complacía en el día a día.
Su padre siempre le compraba bellos regalos por sus buenas notas, siempre le dio todo. El viejo nunca quería que yo fuera a carecer de nada. Y así fue creciendo aquel hombre en su mundo. Y hoy se siente tan solo.
Mira su entorno, dejando descansar su vista en cada objeto, pero sigue estando solo.
No hay quien le regale una palabra aunque no sea de amor, ni una mano que le acaricie la espalda ya cansada por los años, no hay una sonrisa al azar. Ni una voz que irrumpa el silencio de este hogar. No recuerda ni tan siquiera si tuvo un primer amor.
Esta solo en compañía de aquellas gotas de lluvia que se amontonan en su ventana, en compañía de la brisa que le da los buenos días. Y se pregunta muy dentro de si.
- En donde está el amor. Donde quedo..?- piensa- porque fue que no aprendió si era el mejor expediente de su clase.
Se da cuenta una vez más que hay cosas que no se aprenden en la escuela, que la vida te las enseña día por día. Solo que hay que tener amor en el alma para verlas. Que la vida es una gran escuela donde el olvido hacer parte de la tarea.
Se percata que hay cosas que no se pueden comprar, que la felicidad tiene otro color del que le enseñaron sus padres. Que hacen falta tener buenos amigos, los que te quieran de verdad, no por posiciones sociales, ni por lujos, ni puestos laborales. Al final esta solo y todo queda cuando marchas.
- No habrá nadie que me recuerde, que ponga una flor cuando yo no este, alguien que cuente mi historia.
Y comienza a comprender mejor la vida al final de sus días, ha conocerse a sí mismo, que egoísta fue una vez y se ha quedado solo, sin nadie realmente para querer.
"Ama la vida a cada segundo, en cada minuto, dale tu amor al mundo y detente por un segundo para mírale a los ojos. Recuerda decirle que le quieres a todos aquellos que forman parte de ti, antes que desaparezcan de tu lado.
El tiempo te lo agradecerá y la vida te llevara de la mano consigo llenando de regocijo cada día al pasar"
Hoy al despertar me di cuenta una vez más
que no estaba tan sola como creí una vez.
Estaban ustedes también junto a mí.
Cada uno de una manera o de otra,
en el vaivén de las páginas,
en el ir y venir de unas frases escritas al azar de este mundo literario,
dándome el apoyo para volver a sonreír.
Hoy al caminar por estos campos
y sus húmedas hierbas me percate una vez más
de lo bella que es natura,
de cómo me hace amar
mientras su fría calidez penetra mis poros.
Y aquel olor a hierba nueva que renace en el verano
besa mi cuerpo hasta llevarlo a la penúltima historia de amor.
Hoy al mirar la luna
mis ojos pudieron ver más que su blancura,
ella se abría para mi
enseñándome lo más bello de sí.
Hoy me detuve a decirle a la vida te quiero cada día más ..!
Melba Mercedes Almeida - Azucala