Aquí las cosas son de otro color. Solo en blanco y negro.
Cuando llegue aquí a Noruega en este pueblito donde vivo del más allá. De veras que sentí que me acogieron con deseo. Sentí que me dieron la bienvenida.
Bueno yo era algo nuevo para ellos. Una figura extraña. Un personaje de los libros tal vez. Algo anacrónico quien sabe. Una mosca en la leche. Aquella que sale por las calles tarareando una canción sin el menor temor de que piensen que esta loca. Gritando de equina a esquina.
Cuando llegue aquí a Noruega en este pueblito donde vivo del más allá. De veras que sentí que me acogieron con deseo. Sentí que me dieron la bienvenida.
Bueno yo era algo nuevo para ellos. Una figura extraña. Un personaje de los libros tal vez. Algo anacrónico quien sabe. Una mosca en la leche. Aquella que sale por las calles tarareando una canción sin el menor temor de que piensen que esta loca. Gritando de equina a esquina.
-Oye como estassssss?
- “Y mi esposo diciéndome que eso aquí no es normal”.
Abrasándolos y dándoles un beso. Cuando los encontraba a mi paso y ellos enrojecidos.
-“Y mi esposo diciéndome nuevamente que eso aquí no es normal”.
Poniendo una flor detrás de mi oreja. Enredando su tallo en los rizos desordenados de mi pelo.
-“Y ellos me miraban diciéndome con la vista que eso aquí no era normal”.
Así sucesivamente se formo en mi cabezota un rollo. De lo normal y lo anormal.
Comencé a convertirme en otra persona. Que no era yo. Entonces me sentí triste caí en el vació de las hojas secas.
Descubrí al pasar de los años que estaba muriendo lentamente. Se me estaba amargando el alma. Que me estaba ahogando en la tristeza. Esa tristeza de no poder ser tu.
Yo no me quería volver loca. Porque entre la nieve, las tristiti y la soledad a donde iba a parar. Yo tenia que ser yo. No podía ser otro, no podía esconderme en otro personaje porque todo seria falso “ESO NO”.
No le podía enseñar a mi hija a ser débil. Entonces me dije tengo que aprender de ellos. Pero sin dejar de ser yo.
A mi esposo le explique que soy Cubana. Que soy así. Y que ellos deberían aprender de mi, aprender un poco de mi cultura. Aprender de nuestra familiaridad. De nuestra forma de amar. Amar la sonrisa, la lagrima, el deseo, al prójimo, amar lo bello y poder ver poder ver lo hermoso en algo que ya esta marchito.
Ahora estoy dando clases de baile a jóvenes de décimo grado. Y he llegado a la conclusión que si enseñáramos a los jóvenes desde chicos. Desde que nacen la necesidad de un beso. Lo bello de el poder decir te quiero amigo mio. Oh el tan solo hecho de decir.
Comencé a convertirme en otra persona. Que no era yo. Entonces me sentí triste caí en el vació de las hojas secas.
Descubrí al pasar de los años que estaba muriendo lentamente. Se me estaba amargando el alma. Que me estaba ahogando en la tristeza. Esa tristeza de no poder ser tu.
Yo no me quería volver loca. Porque entre la nieve, las tristiti y la soledad a donde iba a parar. Yo tenia que ser yo. No podía ser otro, no podía esconderme en otro personaje porque todo seria falso “ESO NO”.
No le podía enseñar a mi hija a ser débil. Entonces me dije tengo que aprender de ellos. Pero sin dejar de ser yo.
A mi esposo le explique que soy Cubana. Que soy así. Y que ellos deberían aprender de mi, aprender un poco de mi cultura. Aprender de nuestra familiaridad. De nuestra forma de amar. Amar la sonrisa, la lagrima, el deseo, al prójimo, amar lo bello y poder ver poder ver lo hermoso en algo que ya esta marchito.
Ahora estoy dando clases de baile a jóvenes de décimo grado. Y he llegado a la conclusión que si enseñáramos a los jóvenes desde chicos. Desde que nacen la necesidad de un beso. Lo bello de el poder decir te quiero amigo mio. Oh el tan solo hecho de decir.
-Que lindo te queda eso mija..!.
No habría tantos complejos en las escuelas. No habría tantos que se suicidan porque las soledad los mata. Porque dejan de ser normales porque esto no es normal aquí.
Porque lo noto cuando estoy trabajando en el asilo con los viejitos. Que se alegran cuando ven llegar aquel personaje anacrónico de cabello rizado que les abrasa y le dice.
Porque lo noto cuando estoy trabajando en el asilo con los viejitos. Que se alegran cuando ven llegar aquel personaje anacrónico de cabello rizado que les abrasa y le dice.
-Que bueno verte un besote.
Por eso hago un llamado al amor. Un llamado al abraso, al beso, al cariño. Enseñemos lo lindo que es dar amor. Que no es un pecado. Que es solo estar vivo. Que no podemos morir en en silencio por ser normales para ellos. Vive cada segundo. Que el dar cariño no es un pecado. Ni un problema sexual.
Un señor en mi trabajo me comento el viernes que yo vengo de un país pobre. Que me debo sentir muy dichosa de estar aquí.
Pensé unos minutos formule la respuesta en mi cabeza y le comente.
-La felicidad es relativa señor mio. Si vengo de un país que no es como Noruega. Un país pobre pero somos tan rico en amor.
Aquel hombre me miro extrañado. Pude leer en sus ojos que no entendió mi respuesta. Pensó que me refería a la sexualidad. Entonces le continué explicando.
-Amamos a nuestros amigos. A nuestros vecinos. Podemos reír y llorar con ellos. Podemos decirte que lindo estas hoy sin querer decir nada más que eso que estoy diciendo. No necesito tomarme un trago para decirte lo que siento. Te pongo de vuelta y vuelta si algo no me gusto. Sin perder el amor.
Por eso creo que es importante enseñarles la necesidad de dar amor. La necesidad de un beso. La importancia de un te quiero. Lo bello que puede ser un abraso. Que el contacto de la piel no mata. Si no que ayuda a vivir. Demostrarles que dar amor es lo más normal del mundo.
Que tu crees?
1 comentario:
POr eso yo te quiero tanto Melbilla, y no es por gusto que nos han puesto en el camino, hemos pasado por experiencias similares. Ahora te digo , por mucho que el frio nos pele las orejas, te senti en fecibuk como una maga, llena de amor y ya sabes, eres una bruja buena, dando a la nieve calor.
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