Acabo de llegar

Amigos míos acabo de llegar de mi Cuba y no logro dormir.

Mi corazón es un manojo de sentimientos que se amotinan en el medio del pecho haciendo un gran nudo en mi garganta que no me deja respirar.

De mis ojos comienzan a brotar un burujón de lágrimas que van bañando mis mejillas. Que nostalgia, esa melancolía que me acongoja el alma sin que yo pueda hacer nada por impedirlo.

Como se extraña la tierra donde uno nace. Aquella tierra que me vio nacer y que esta tan lejos de mi. A veces me pregunto qué carajo hago aquí en este país tan desoladamente frio.

Lo que más extraño de allá es mi viejita linda. Que me da un miedo que de repente ya no este y yo no pueda estar a su lado.

En ese tiempo que estuve de vacaciones allá en mi Cuba me la pase mucho con mi viejita.

Ella se levantaba bien temprano, la sentía como abría la puerta de mi cuarto y se quedaba contemplándome largos minutos. A veces me daba un beso en la frente mientras me tapaba con la sabana la punta de los pies. Y la escuchaba murmurar un te quiero como susurro que salía de sus labios. Como la extraño y esos pudines, los flanes que me hacía para matar mis antojos.

De mi Cuba se extraña todo, la familia, los vecinos, el ir y venir de aquellos autos por la avenida 26. Aquella lluvia que cae y no refresca.

Se extraña es bochinche de la cuadra cuando mi vecina le daba por formar su fetecun. Cuando por las noches algunas veces nos reuníamos todos en aquella acera contándonos cuentos. Se le echa de menos a todo.

Yo he llegado negrita como un tizón. Es que el sol de mi Cuba es bien calentón y quema.

Amigos poco a poco les iré contando de mi vivencias en mi Cuba. Un besote bien grande para ustedes que también le eche mucho de menos cuando estaba por allá.